martes, 28 de noviembre de 2017

Shock con flow de fresi.

" Una historia no tiene comienzo ni fin: uno elige el momento de la experiencia el cual mira hacia delante o hacia atrás"
GRAHAM GREENE.
El fin del romance.

Y de repente me encuentro como en un halo que me vuelve invisible entre el ruido y la muchedumbre, fuera llueve por fin y encuentro un rincón donde puedo sentarme, dejarme llevar por ese halo y por mis sentimientos. El mundo se para, a mis pies, ante mis manos, como reflejando todo ello a través de un espejo.
Qué caprichoso es el rumbo de nuestra vida justo en esos días donde sin buscarlo el tiempo nos trae respuestas porque sabe que es justo lo que necesitamos.
Llevo unos días desconectada de la consciencia, de la meditación, del yoga... y se nota. Se nota que somos humanos todos y cada uno de nosotros, podemos evolucionar en cuanto a nosotros mismos se refiere pero también llegan días en los que te das cuenta que aún hay mucho por recorrer y aprender, por eso estamos aquí justo en este momento.
Estos días me he notado en desequilibrio de maneras indirectas, a la hora de realizar posturas de yoga ya más que logradas, en la de tratar de dormir donde los pensamientos vuelan al " país de nunca jamás" y te quedas allí momentos muertos, largos, profundos. Y la noche pasa...
Todo ello me lleva una vez más a darme cuenta que la coherencia con nosotros mismos ( no con nuestra parte física, sino mucho más allá) es fundamental. La química que podemos obtener de otra persona puede ser tal que nos desubica en persona, tiempo y espacio. La edad te lleva a descubrir que lo que realmente necesitas es paz, armonía. Todo aquello y aquellos que llega/ llegan para sumar, pero entonces te desconectas sin querer de esa consciencia que te hace humano, y te pierdes en la química que otras personas te dan.
Entonces te preguntas, qué tipo de personas necesitamos cerca realmente? valen lo mismo? seres que son paz, luz o aquellas que nos vuelven locos con su kharma y nuestro interior nos incita constantemente a querer ayudar, NO SE PUEDE SALVAR A TODO EL MUNDO, pero sí QUIERETE A TÍ MISMO POR ENCIMA DE TODO.

Hoy no sabía si iba a venir a Madrid, por mis dificultades logísticas que muchos de mis cercanos saben, por mi lucha ÚNICA... creía no podría personarme en mis clases, obligándome a organizar el día tratando de no sentir que por ello perdía. Sin más, un ángel, MI ÁNGEL ( tú mamá, trato de no llorar al escribirlo, lo prometo) sin juzgarme, saca la sonrisa más bonita y quitándose de ella misma una vez más, sin tratar de destacar entre el mundo, me ofrece su mano más pura y entonces... cambia mi configuración.

Me vengo corriendo a Madrid, casi sin poder comer, me encuentro con compañeros y disfruto de mis clases, como siempre... llegamos a la del medio y sin más, irrumpe una oleada de AMOR y GRATITUD por vosotros, más ángeles que he tenido la suerte en esta vida de tener ahí para demostrarme en los días que aparentan más oscuros, que todo se puede si se confía, si aguardamos la llama de la esperanza siempre viva en nuestro corazón.

Llego a esa segunda clase y damos con el tema de los ICTUS, mi cuerpo espiritual viaja dos años atrás, a ese verano donde trabajé en " daño cerebral" y descubrí a mis seres de luz en esta vida, en esta tierra. Me cuesta mucho recordar algunos momentos por protección, pero esta clase ha hecho que recordase cada segundo de lo que aprendí ahí de mi implicación como personal sanitario y de lo que te llevas de esas PERSONITAS que disfrutan de cada avance de su enfermedad como si fuese un regalo de vida. El problema que he llegado a concluir es que a veces si no nos ponemos delante de una luz, no nos damos cuenta que ella misma solo refleja la que tenemos nosotros, sino nos envolvemos en halo de oscuridad, de miedo, de ego. En la vida personal como en la profesional nos trae retos para probar nuestra actitud ante la misma, podemos ser valientes, tratar de sacar lo mejor de nosotros mismos o por contra, aunque no lo digamos, pensar que no somos capaces, nos castigamos y en vez de hablarlo, nos forramos de barreras que nos dañan esa luz propia.

Gracias a otra persona que hoy me ha hecho volver a creer que no estamos aquí para cambiar o esperar que la vida nos traiga suerte. No podemos cambiar porque todos somos únicos, no sufrimos porque seamos de una manera o de otra, sino porque no nos hemos llegado a conocer ni a amar como debemos, tú sólo te traes la suerte que dependerá únicamente de si sabes respetar en que proceso evolutivo estás como persona y tratar de fortalecer el camino con amor, coherencia y sin juicios.

Gracias por la secuencia de señales que me han llegado para reforzar el sentimiento que, nos guste o no, aunque tengamos cerca personas que sólo creemos que nos dañan, estamos TODOS CONECTADOS POR ALGO, para que tú puedas vivir y aprender a ser tú, otros se sacrifican en ser " los malos", porque sino no logramos ver nuestro reflejo en ellos.

Gracias por la vida, es un regalo, y que tú pertenezcas a la mía, lo es AÚN MÁS.
Gracias vida por recordarme por qué amo tanto mi vocación, cuál es el sentido de mi lucha aunque no le falte dificultad.
GRACIAS.